El Ser Humano, Esa Cosa Que Somos.

EL SER HUMANO, ESA COSA QUE SOMOS.
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Creo que el ser humano es muy complejo biológica y socialmente. Pero el desconocimiento que el hombre promedio tiene sobre sí mismo, es muy grande. Esto hace que el concepto, que tenemos sobre nosotros, sea pobre y plagado de mentiras, que nos lleva a comportamientos erráticos, y al desarrollo de una cultura mediocre.
En medio de esa  ignorancia, pregonamos una serie de discursos vacios, que pretenden convertirse, en la razón de ser de nuestra vida.
Este ensayo pretende mirar con ojo crítico, esos comportamientos, y esos discursos, que nos alejan de la maravillosa cosa que somos. Fruto de millones de años de evolución, un número muy grande de bits de información y una cifra incalculable de configuraciones, es la dotación que la naturaleza nos ha dado.
Somos un ser con la posibilidad de acumular información extra genética, recogida a partir de inter actuar con el entorno y con nosotros mismos, o sea, producimos cultura humana, con su propia dinámica y sus propias necesidades. Somos un pedazo de naturaleza con conciencia, o sea, que podemos observar y ser objeto de conocimiento de nosotros mismos.
Pero esta capacidad es nueva. El tiempo de desarrollo de nuestro cerebro, sobre todo del neocortex es muy pequeño, comparado con el tiempo de evolución de la vida.
Sin embargo algunos hombres, tienen ya información, muy valiosa sobre nosotros mismos, pero la gran mayoría de seres humanos la ignora. Ya que este conocimiento es cultural, y por lo tanto precisa de la voluntad política del individuo y la sociedad. Cosa bastante difícil de lograr, por lo complejo del asunto, pero que, poco a poco se logrará.
Por ahora estamos llenos de religiones, filosofías y políticas, superfluas, que se agotan en sí mismas, tratando de conseguir resultados pingues de poder social y económico. Enceguecidos por la ignorancia, perdemos tiempo, para lograr una armonía y un sentido de felicidad, más pleno, para el disfrute de este fenómeno que es la vida.
Nos llamamos a nosotros mismos. Homo sapiens. Hombres sabios. Mentira. No somos sabios, y si no, las primeras causas de muerte en el mundo, no serian el hambre y el uso del agua no potable.
En lugar de enfrentar estos problemas, gastamos nuestros recursos, en una carrera armamentística, contra nosotros mismos. Tratando de imponerle a los demás la mentira en que creemos, para aprovecharnos de sus recursos.
Vivimos en una maraña de culturas, con todos los tipos de ignorancia, desde individuos que se comportan como hombres de las cavernas, pasando por magos y adivinos medievales, hasta especímenes con caracteres robotizados. En medio de este zafarrancho, debemos encontrar el camino.
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El título del ensayo parece muy duro, pero no lo es. Decía algún pensador. Que es mejor saber que somos parientes cercanos de un chimpancé, y no los descendientes de un tipo venido a menos y pusilánime llamado Adán.
Es mucho más excitante conocer lo que ha sucedido, en nuestra evolución, que, conformarnos con una mentira tan pobre, porque si esa fuera la verdad, no seriamos, homo sapiens, si no, homo estúpido. Con un devenir sin grandeza, plagado de errores repetitivos.
El no conocernos, nos ha llevado a lo largo de la historia a creer que somos un ente privilegiado del universo, y llenos de soberbia, nos negamos a aceptar, ser la cosa que somos, maravillosa claro está, pero como lo son todas las cosas del universo.
Hemos pregonado ser los amos y señores del universo, al que parece, poco le importamos. Podríamos acabar con nuestra vida en el planeta y el universo ni se inmutaría.
Los ecologistas hablan del daño que le estamos haciendo a la naturaleza, siento contradecirlos, no somos tan poderosos como para dañar la naturaleza, lo único que dañamos, es a nosotros mismos.
¿Quién necesita el ozono­?­ ¿Quién se afecta con la erosión? ¿A quién le produce daños la lluvia acida? ¿Para quién es nefasto el calentamiento de la tierra? En algunos lugares del universo ocurren cosas más tenebrosas, desde nuestro punto de vista. Es cuando entendemos que la situación en que vivimos es privilegiada para nosotros, en un tiempo y en un espacio particular.
Comprendemos entonces, que en el discurso ecológico, la cosa fundamental, somos nosotros. Pero la ignorancia supina de la inmensa mayoría nos arrastra a la catástrofe.
Los efectos de nuestro comportamiento, tal vez, no los veamos de manera plena en nuestra generación, lo cual también justifica nuestra poca preocupación. Porque si no tenemos conciencia trascendente del presente, mucho menos, del futuro de nuestros descendientes.
¡Entonces, no somos tan sabios!
Somos un pobre animal, al que, a algunos de sus individuos le cuesta proyectarse en la dimensión temporal.
Hubo una época en que pensábamos que el universo giraba en torno nuestro. Hoy sabemos que solo somos un pequeñísimo punto en una galaxia, entre miles.
Un día creímos que dios nos hacia escucharlo dentro de nosotros mismos, hoy sabemos que eso es esquizofrenia.
Un día creímos que habíamos sido creados a imagen y semejanza de dios, hoy sabemos que somos el producto de una compleja evolución.
También pensamos que éramos binarios, cuerpo y alma, hoy sabemos que materia y energía son la misma cosa. Creíamos que perduraríamos para siempre, hoy sabemos que esto es por un ratico.
Antes creíamos que el yo, era inalterable, hoy sabemos que  solo es la conciencia que el ser tiene de sí mismo, y que con el paso del tiempo se transforma.
Lo que llama la atención, es que, eso que sabemos, lo conocen muy pocos. La mayoría sigue creyendo lo anterior, y lo peor es algunos se han propuesto deliberadamente no permitir que la mayoría se acerque al conocimiento de vanguardia.
Los caudillos de los pueblos, para gobernar, necesitan de la ignorancia de la masa, por que el conocimiento genera ansia de libertad, y los hombres libres no eligen caudillos, si no, lideres.
Necesitamos una revolución del pensamiento, que no solo cobije la economía, si no, todo lo relacionado con el ser humano, no un esquema a imponer, donde solo cambiemos de extremo, de derecha a izquierda, si no, una apropiación profunda, de la vida, que nos permita vernos, como lo que realmente somos. Una cruzada contra todas las falacias religiosas, políticas, filosóficas, sociológicas del pasado, un hacer aseo en casa y colocar la basura que estorba, en su lugar.
Claro, que bienvenida la poesía, pero la que no hace trampas, y pretende ser ciencia. Bienvenidos los sueños que reivindican la realidad.
Bienvenida la especulación científica, pero la que no pretende ser verdad, antes de tiempo. Bienvenido el conflicto, pero tratado con rigor y dignidad.
Bienvenida la ética, pero la que es para seres humanos, no para ángeles. Bienvenidos los científicos, pero no, los que solo tratan de demostrar lo que  le conviene al establecimiento, si no, los que arriesgan y ponen en duda incluso sus más profundas creencias y conocimientos.
Bienvenida la fe, pero esa que nos llena de esperanza en nuestra capacidad para buscar el bienestar, y no esa que nos esclaviza a una mentira, y nos hace cobardes en esencia.
Bienvenida la libertad, pero la que se hace responsable de toda acción, y no la caprichosa, que se escuda en un discurso mediocre realizado por individuos de pensamiento débil.
Bienvenido el amor, único recurso para combatir  nuestra feroz soledad ontológica, pero no aquel chantaje moral lapidario, que perturba nuestra existencia.
En general una resignificación de todo, como ya lo dijimos.
Me propongo mencionar algunos hechos, que no permiten lo anterior, me voy a  meter con todo, la  educación, la familia, la religión, la política, la sociedad, el ser humano.
Todo desde luego con un sesgo, el mío, pero abierto al debate y  la crítica, no le rehuyó al conflicto, lo propongo.
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Empecemos por la educación, esa forma social en que tratamos de sintetizar la memoria, esa educación que debía entregarnos el legado del pasado, para avanzar más rápido en el presente y proyectar un futuro mejor.
Cuando hablo de futuro mejor, me refiero a una sociedad en la que la mayoría de sus miembros, si no, todos, puedan disfrutar la vida plenamente.
Doblegar enfermedades que hacen estragos entre nosotros, el cáncer, el sida. Superar la inequidad, que le roba la vida a millones de seres humanos, mientras que unos pocos se ahogan en la opulencia.
Una sociedad que le diera más importancia al desarrollo integral de las diferentes dimensiones del ser humano, más oportunidades a la investigación y  la  creatividad, elementos importantes en la satisfacción humana.
Un ser que utiliza el conocimiento de manera sensible, donde las contradicciones y el conflicto estuviera en planos más elaborados, para que reivindicaran nuestra condición de individuos cultos. No como ahora, que en la mayoría de los casos, el conflicto es primario, todavía muy animal, en gran porcentaje.
Pero esa escuela es un sueño, que apenas, si germina. Porque la que está dando frutos ahora, es una my diferente, sobre todo aquí en Latinoamérica.
Una escuela contradictoria. Pretende educar para la libertad, pero de manera autoritaria y coercitiva. Maestros que todavía creen que la autoridad es gritos y arbitrariedad, algunos no saben que este término desde el punto de vista etimológico significa: ayudar a crecer, y no es implemente una imposición.
Pero qué podemos esperar, de profesionales de la educación formados en universidades, donde la educación se  convirtió en un producto mercantil de  mala calidad.
Después del pregrado ofrecen el posgrado, la maestría, el doctorado,  duras toda la vida estudiando y en algunos casos, solo serás un mediocre tercermundista que se ufana de lo que sabe, pero que no hace nada, para que la cultura supere los escollos que la mantienen anclada.
Para que tantos estudios biológicos, si sigues creyendo en paradigmas infantiles, el estudio solo sirve para reafirmar errores. Para mí las facultades de teología son una paradoja, tal vez la búsqueda más estéril e inútil, emprendida por el ser humano, con la historia sería suficiente. Para que unos estudios que perpetúan la ignorancia.
Porque el día  que la teología descubra algo importante, automáticamente se autodestruirá, parece ser que es mejor ordenar la basura, que limpiarla de una vez.
Universidades del opus dei ¿Qué enseñaran? ¿Cómo frenar la historia? Bueno no voy a ser radical, tal vez cooperen en algunos procesos positivos, pero siempre con sesgo retardatario. Es como si fueras al médico y este después de ayudarte a superar una enfermedad, te inoculará con el  virus de otra, es lo que se dice que hacen los mecánicos, para que el cliente deba volver pronto y el taller  sea prospero. Bueno es lo que hacen los deshonestos o los ignorantes, piensan que si hacen las cosas de manera ética, van a desaparecer. Pero la verdad es que la mecánica existe y progresa a los que tienen una manera de pensar, más clara.
Ahora no todos los que estudian en esas universidades son estúpidos, algunos son capaces de sobreponerse y buscar otro camino más  respetuoso de nuestra condición. Otros por el contrario se vuelven reproductores y perpetuadores de esta falacia y así sigue la rueda que nos atrasa y nos hace sombra.
Una escuela que nos educa dizque para la autonomía, haciéndonos dependientes todo el tiempo. Al fin y al cabo somos una cultura con religión monoteísta, siempre estamos en búsqueda de salvador, gurú, maestro, guía, caudillo. Por eso perpetuamos sátrapas en el poder, de ambos extremos. Preferimos un iluminado y las masas ignorantes y si las cosas fueran diferentes ¿la democracia no tendría más posibilidades?
Una escuela que  nos educa en una dependencia afectiva patológica. Yo creo en el apego como elemento del ser humano en algunas etapas de su vida, pero también creo, que a medida que el individuo crece debe tomar cierta distancia de sus relaciones afectivas y verlas con ojo crítico. Para no justificar a padres abusadores, a curas pederastas o aclarar eso del amor a la patria, que es puro chauvinismo recalentado, que origina la segregación y el racismo.
Que no se magnifique el amor, como algo inamovible, si no, como algo dinámico, que es susceptible de ser transformado a medida que nos desarrollamos.
Los proyectos de vida en pareja, ya no tienen que ser para toda la vida, los vínculos indisolubles, solo se dan naturalmente, pero culturalmente, no.
La autonomía significa que debo asumir mi separatividad y decidir que vínculos desarrollo, cuando, y por cuanto tiempo, si los recojo, si los vuelvo a crear.
Desde luego que me relaciono con los demás pero la última instancia de decisión soy yo. En un tiempo y en un espacio, la voluntad del ser humano debe ser inalienable, por lo menos como creencia para sí mismo.
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Que ironía llamar a la radio, la televisión y la prensa, medios de comunicación, cuando en la mayoría de los casos es lo contrario. Medios de incomunicación. Publicidad mentirosa, verdades amañadas, noticias sensacionalistas, y si alguien nada contra la corriente, peligra su vida. Hoy con el internet, la estupidez está servida en bandeja de plata. Solo basta con mirar los comentarios escritos en los periódicos, por parte de gente ignorante, que nos provocan temor.
No hay peor ignorancia que la que solaza en sí misma, y esa es la que ve uno encuentran, en dichos comentarios, opiniones irresponsables, tras el velo de un seudónimo, por lo menos el periodista que escribe el articulo uno sabe quién es, pero los comentaristas todos agazapados  ayudando a configurar la violencia estructural. Algunos usan vocabulario soez, antes escribían en las paredes de los baños públicos hoy lo hacen en internet. Es el mismo ser humano, porque la mona aunque se vista de seda mona se queda.
Un soldado, es un soldado, con una piedra en la mano, con un arco, una ametralladora o cualquier dispositivo tecnológico, que provoque muerte. Somos las mismas papas, pero con más guiso.
Para qué la televisión y su tecnología. Para ver las mismas telenovelas estúpidas, los predicadores falaces, una publicidad que tima, en muchos canales, emisoras y periódicos populares, veo brujos y toda suerte de embaucadores haciéndose propaganda y nadie mueve un dedo. El internet saturado de pornografía, juegos inocuos y violencia, y desde luego los chat donde se habla mucho pero generalmente no se dice nada.
Cavernícolas con tecnología de punta, que orgullo verdad. Hacker tratando de dañar todo con sus virus, ese es el reto más alto para un joven ingeniero de sistemas. Que futuro tan promisorio. Que desarrollo tan desequilibrado. Típico del postmodernismo, conocimiento avanzado en lo material, pero con grandes falencias en lo ético.
Eminentes ingenieros en el día, y en la noche, piltrafas humanas que se arrastran buscando una razón para existir. Trasegando credos, ideologías, modas etc. Buscando algo que siempre ha estado ahí, pero que rechazamos porque es viejo y cayó en desgracia. Esto es el conocimiento, empezando por el de sí mismos. Pero un conocimiento disciplinado, que nos arranque de tanta banalidad.
Andamos buscando la originalidad y somos el fruto de la mimética, nos repetimos cíclicamente,  solo que en cada ciclo tenemos un juguete diferente, estar a la moda es estar como lo dicte algún cretino con estatus. Nuestro rock cada vez más parece un ritual tribal primitivo.
El sexo es casi orgiástico animal, el perro solo olfatea y se satisface y eso es lo que nos venden, como libertad, es lo que nos llega a través de los medios, en el cine que consumimos, los libros que leemos, una mimética de la ignorancia, puesta al servicio de un capitalismo salvaje.
Poderosos que planean guerras para lograr sus cometidos, utilizando los medios para crear pánico y satanizar a los que consideran sus enemigos. Haciendo terrorismo contra los terroristas. Mientras tanto construyen sus oleoductos, venden sus armas, sus medicamentos, sus aparatos tecnológicos, modas, sus memes convenientes.
La masa aguanta y aguanta hasta que la presión la hace explotar y entonces, rechinar de dientes, vestiduras desgarradas, que solo confirman la cosa que somos.
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De la inmensa mayoría de niños que son maltratados, quienes lo hacen, son sus propios padres. Nos han enseñado  el respeto por los progenitores, pero la verdad algunos no lo merecen, Porque son personas no aptas para ser guías. Pero, que se reproducen naturalmente, con gran dificultad para asumir esta responsabilidad cultural. Dañan de manera flagrante a sus hijos, entregando a la sociedad individuos con inmensas carencias.
Baja resilencia debido a embarazos con estrés y ansiedad, propios de relaciones sin proyecto de vida. Individuos violentos y con problemas de aprendizaje, debido al poco desarrollo de su parte afectiva, algo que tiene que ser trabajado sobre todo los primeros tres años de vida, niños a los que no se les habla ni se les canta, que no reciben cariño  ni ternura.
Niños que a los cinco años, ya fueron dañados para todo el resto de su vida. Los que más maltratan son los padres jóvenes, en el rango de los 20 a los 30 años y a quienes se maltrata mas es a los niños con edades entre los 4 y los 6 años, esto dicho por los organismos del estado.
En ninguna universidad enseñan a criar hijos, eso lo dejamos al sentido común, que es el menos común de los sentidos.
Porque será que ser joven, se está volviendo sinónimo de ser delincuente, barras bravas, pandillas, tribus urbanas, atracadores, drogadictos, violadores. Las últimas encuestas hablan de que por lo menos el 30% de los estudiantes universitarios tienen vínculos con la droga. Si estos son los que más oportunidades han tenido, como será los que no la tienen.
Se dice que el 65% de los casos de violencia de las grandes ciudades, los comete un menor de 25 años. Recuerden que las tropas de los militares están integradas por jóvenes, los ejércitos irregulares también, los individuos de las bases de la mafia, desde luego, que no son la excepción. El joven es carne de cañón en nuestra sociedad.
Que buenos adultos somos, colocamos a los más jóvenes a pelear nuestras guerras y sembramos así la semilla de la violencia.
Todo lo anterior sazonado en un ambiente de disfuncionabilidad familiar. El 85% de ese 65% de jóvenes violentos que citamos arriba, provienen de familias destrozadas por el maltrato.
Ochocientas mil (800.000) mujeres son asesinadas al año en el mundo, victimas de sus propios esposos o ex compañeros  y ochocientos millones de mujeres son objeto de maltrato  y eso que según estudios solo se denuncia uno de cada doce caso que se dan. Es cuando le damos la razón a Borges cuando dijo: que si a este mundo, lo hizo un dios, debió ser un dios principiante o torpe, porque le quedo bastante regular.
La violencia empieza en casa y luego continua en una escuela sin compromiso y cobarde, contribuye también en esta formación, una religión estúpida y abusadora, complementan unos medios de comunicación irresponsables y negligentes. Incapaces de una autoevaluación ética. Completan el cuadro unos políticos corruptos y arrogantes, y unos ricos chupasangre e insensibles que nos condenan a la desigualdad degradante. Somos el segundo país del mundo con mayor inequidad socio económico.
Algunos padres y madres son ignorantes funcionales que solo reproducen este sistema de cosas. El afecto lo convertimos en palabras, en teoría, en tratados, en discursos. Cuando el amor es fundamentalmente una acción.
Si amas a alguien, haz algo por el o por ella. Capacítate, investiga, acompaña, ayuda.
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Llinas dice que la función primordial del cerebro  es la  de predecir. Somos una planta que aprendió a caminar y desarrollo sentidos que le ayudan a adelantarse en el tiempo, eso al principio nos ayudo como a otros animales a evitar accidentes y a generar rutinas en un contexto determinado, pero los hoy seres humanos hemos ido un poco más allá y no solo nos quedamos interactuando con el medio, sino, que decidimos transformarlo o sea generar cultura, creamos una noción de trabajo muy elaborada, desarrollamos lenguas complejas, construimos maneras de comportarnos e interactuar que llamamos costumbres. Pero al adelantarnos tanto en el tiempo, nos encontramos con la muerte (la de nosotros mismos) y realizamos una negociación con la naturaleza y la naciente cultura que llamamos la ética.
Todos los rasgos anteriormente anotados se presentan de manera muy distinta en otros animales, la nuestra es una elaboración  un poco más pormenorizada.
Nuestro trabajo no solo es acumular, nuestras costumbres no son solo de apareamiento o para marcar territorio, nuestras lenguas no solo muestran estados de ánimo, la idea de la muerte no solo es instinto de conservación y nuestro comportamiento no solo es de convivencia pura.
Hemos creado a partir de estas cosas, la economía, el arte, los idiomas, la filosofía, la ética y la ciencia en general.
Hemos descubierto intricados caminos en lo natural, que otros animales no comprenden. Pero por más que deseemos alejarnos de la naturaleza, no lo  hemos logrado. Llegamos hasta la clonación, pero, no hemos podemos prescindir de la naturaleza.
Algunos piensan que lo ideal sería encontrar un equilibrio entre naturaleza y cultura. Estos dos elementos en el presente tienen una relación dialéctica, que da como resultado el ser humano de hoy, con una enorme complejidad, pero, que como todo, con un margen de error. Al no poder dominar totalmente la naturaleza en nosotros, ha nacido la culpa.
Cada vez que la naturaleza apabulla a la cultura, nos sentimos culpables y para balancear, nuestro cerebro construyo entonces la idea de un ser perdonador, dios. Entonces, no es la argumentación racional y real de la cultura, si no, un ser ficticio, quien nos ayuda a equilibrar, o sea, un remiendo pegado con babas, que se volvió la herida más profunda que tiene la construcción cultural, la religión.
La relación dialéctica entre cultura y naturaleza no podría ser de otra manera, Si en la cultura establecemos  normas es porque a la larga  benefician nuestra condición natural. Pero los seres humanos somos impacientes, nos cuesta proyectarnos en el tiempo y profundizar en la inter- relación de los elementos del universo. Somos a veces inmediatistas queremos todo aquí y ahora.
Cuando por fin establecemos que este comportamiento es contradictorio, nos sentimos pecadores.
Los católicos, al comer mucho, sin prever enfermedades o indisposición lo llaman gula. A no moverse para que el cuerpo mantenga su posibilidad de labor, lo llaman pereza. A querer los bienes ajenos, procurando conflicto, guerra y hasta la muerte, lo llaman envidia. A la desmedida posesión que crea conflictos de convivencia, lo llaman avaricia. Al sexo compulsivo, lo llaman lujuria. Al no controlar sus emociones, lo llaman ira.
Pecados que el dios cultural perdona, ya que él es infinitamente misericordiosos, pero la naturaleza no, porque los conceptos de bien y mal son de la cultura, no de la naturaleza, ella solo se guía por sus leyes, las que todavía tenemos dificultades grandes para comprender. La naturaleza no hace distingos. Somos los humanos que valiéndonos de la ciencia, que no es otra cosa que tratar de entender las leyes de la naturaleza, sacamos ganancias pingues, que nos han permitido mantenernos por algún tiempo.
El problema no solo es entre cultura y naturaleza, si no, también al interior de la cultura, entre ciencia y religión. Los seres humanos no hacemos nada a cambio  de nada, siempre que hacemos algo es a cambio de algo, los que dicen que no esperan nada, en el fondo son los que esperan más.
Hay quienes quieren dar poco y obtener mucho y los que quieren cosas físicas  y los que quieren cosas metafísicas.
Algunos realizan productos y llegan a poseer más que los demás, en algunos casos el producto es tangible y en otros es intangible.
Los que quieren cosas físicas, desean propiedades, dinero, casas, lujos, los que quieren cosa metafísicas desean reconocimiento, canonizaciones, el cielo.
Los que producen tangibles, pueden vender cerveza por ejemplo. Los que venden intangibles, un discurso. El discurso puede ser religioso.
Aquí surge otra modalidad, das algo metafísico y obtienes algo físico, o sea abres una iglesia y te haces rico. Claro también están los otros, los que quieren ser santos y habitar el cielo. No sé cuál de los dos me da más asco. El primero por aprovechado y el segundo por soberbio.  A ambos la naturaleza los traiciona y la cultura a veces los alienta.
El éxito en nuestra sociedad es fundamentalmente medido por la riqueza y la fama, en estas condiciones buscar el equilibrio es complejo.
Veamos ahora algo mas particular, como lidia el ciudadano de a pie con estas cuestiones.
Freud llamaba a la influencia natural el “ello” y a la construcción cultural el “súper yo” y al individuo que tiene que equilibrar estos dos extremos el “yo” Este ultimo para no alimentar supersticiones, la conciencia y está definida como la capacidad que tiene el ser humano de tener noticia de su propia vida, porque “yos” inalterables no existen.
Pero sigamos con Freud, el dijo que si el ser humano se inclinaba hacia el “ello” sería un sibarita perverso, y si se inclinaba hacia el “súper yo” sería un neurótico reprimido, una vez más la cultura plantea los extremos como patológicos.
El viejo Aristóteles, parece que tenia razón  cuando afirmaba que la mas noble tarea del ser humano era la construcción de la virtud, entendida esta como el camino de la mitad, que a veces es al más esquivo.
Freud descubrió entonces el agua tibia y anuncio que si comprendíamos lo anterior nos curaríamos de cualquier afección.
Se invento el psicoanálisis que básicamente consistía en buscar en nuestra historia personal, el hecho o situación que nos origino el trauma o mal funcionamiento y que si lo encontrábamos y lo comprendíamos nos curaríamos. Lo cual no resulto tan cierto y menos algunos de los métodos que uso, como la hipnosis y la interpretación de los sueños.
Hablo de una fuerza vital, que el llamo la libido o placer que el ser humano quiere conseguir. Lo interesante de la cosa es que planteo otra dicotomía entre placer y felicidad. Desde luego que son cosas diferentes, el primero más ligado a lo natural y el segundo a la cultura o sea a la construcción humana.
Algunos autores ligan libido e instinto sexual demasiado, pienso que no era del único instinto del que se hablaba.
Muchos seres luchan con su existencia, sin siquiera presentir nada de esto.
Jurando amores eternos, que luego se ven en aprietos para cumplir. Tratando de asir la felicidad de una vez y por todas. Sintiendo que es un ser creado de manera especial sin vínculos profundos con la naturaleza. Coqueteando a hurtadillas con los errores sin saber por qué. Llamando libertad a un acto de regresión. Creyendo ser el fruto de sí mismo, cuando la mayoría de lo que es, ya lo era antes de la conciencia. Envaneciéndose con la idea de dios hombre cuando solo es una cosa, maravillosa claro, pero limitada. Soñando con una eternidad infantil, porque no cabe en su cerebro una eternidad madura.
Los psiquiatras y sicólogos enriqueciéndose y siendo centro de atención, cuando la verdad el problema es más filosófico que otra cosa.
En la cultura la agonía de dios nos está afectando mucho, porque a este se le emparenta con la ética, pero,  la verdad es que no tiene nada que ver.
Dios y sus iglesias llámense como se llamen, solo han sido un acto erróneo y abusivo de la cultura. Mientras que la reflexión ética será una necesidad perenne del ser humano.
 Con dios cae la columna que sostiene esta estructura cultural, habrá una gran crisis, no será fácil convencer al ser humano que la idea de dios fue una manera de evadir nuestras responsabilidades.
A los ricos les costara aceptar que su ambicia siembra el hambre en el mundo, miles mueren diariamente, acumular de manera obsesiva no tiene sentido, lo inteligente seria dinamizar la riqueza para que se beneficien más personas.
Les costara aceptar que su ambición desmedida destruye al planeta y nos coloca al borde de un caos ecológico.
Sera difícil para los ricos del primer mundo, aceptar que se aprovechan de los pobres tercermundistas, pero que como la naturaleza no se le engaña, en estos países se forjaran maneras de repeler el abuso que hoy toca a sus puertas.
Los magnates saben que son los culpables de la violencia estructural, pero les va a tocar irse a vivir a otro planeta, porque este ya no es seguro o tendremos que construir otro mundo sin extremos tan lejanos, más democrático, justo y equilibrado, que permita la variabilidad pero no la insensatez.
A los líderes religiosos les costara aceptar que su fe ciega y fanática envileció al ser humano, al punto de colocarlo al filo del exterminio, por proteger una falacia.
A todos y cada uno nos tocara una parte de los errores.
A los machistas y a las feministas y sus luchas estériles.
A los jóvenes violentos.
A los viejos hipócritas.
A los revolucionarios abusivos.
A los políticos infames.
A los maestros cobardes.
A todos los que de alguna manera hemos sido salpicados por esta cultura, que debe renacer de sus cenizas. Una cultura que asuma su dinámica con la naturaleza. Vernos como somos y no como nos imaginamos. Ni como ángeles tampoco como demonios, solo como seres humanos.
Una cultura que a través de la educación se proyecte a todos, Dueños de nuestro destino pero de manera consciente, no dormidos ni drogados.
Si nuestra cultura es muy infantil, tendremos entonces que enfrentar la crisis de la adolescencia porque es el único camino para madurar.
¿Cómo les pido a los padres y madres que se comprometen con sus hijos?
¿Cómo le pido a la pareja que se respete?
¿Cómo le pido al joven que no sea violento?
¿Cómo le pido al ser humano que no coja caminos falsos?
¡Si nada está dispuesto para ello!
Educación sin compromiso, religión fanática y enceguecida, política corrupta y ambiciosa, medios de comunicación que imbecibilizan, economía sin equidad.
Y los que luchan contra eso, reprimidos, señalados, asesinados, lo único que me alienta que a la naturaleza no se le manosea, o encontramos el camino, o seremos aniquilados, es más, nos aniquilaremos nosotros mismos.
Como todo en el universo, el cambio será complejo, por eso hay que ir detectando el rumbo que muchos seres han ido marcando. Lo terrible es no hacer nada, no comprender nada.


7
Otra idea que a veces se vende mal, es la de la tolerancia. Algunos piensan que es, el soportar todo a todos y entonces aparecen los abusos.
Una cosa es que yo impida, de manera irracional, las manifestaciones de los demás y otra es que, yo tenga el derecho a no estar de acuerdo con algunas expresiones de los demás.
Si las manifestaciones de los demás no hacen daño y las realizan libremente, no tengo ningún problema. Pero si se pasan de los límites establecidos para la convivencia, entonces si tendré problemas.
Porque la idea de asertividad es que yo no agredo a nadie, pero tampoco debo dejarme agredir. El que no seamos violentos no quiere decir que le temamos al conflicto y a la discusión de las ideas. Pero debemos hacerlo dentro de unas pautas concertadas culturalmente.
Esa es la razón de la política. Que asumamos nuestras contradicciones, usando la razón, el conocimiento, la experiencia en fin todo tipo de argumentos que generen sentido a las cosas.
Pero la situación tiene pronóstico reservado, ya que algunos investigadores sostienen que más del 90% de la población del mundo, son analfabetos científicos, o sea, no usan los adelantos de la ciencia para resolver la cotidianidad, si no que echan mano de toda suerte de mitos, supercherías, pseudociencias, la ignorancia en toda su variedad de formas.
Lo que algunos llaman el respeto, no es el respeto a la condición humana, si no, el respeto a la ignorancia.
Los descubrimientos de la ciencia llegan a la masa de manera parcial y sufren interpretaciones deformantes, pues son asumidos en contextos en los que no hay herramientas suficientes.
Los científicos hablan de libertad y la masa entiende capricho. Se habla de la muerte de dios y la masa piensa que desapareció la bondad y la razón de una existencia armónica.
Comienza uno a ver una masa ignorante justificando comportamientos atroces dizque con la ciencia. Cuando no diferenciamos siquiera entre la ciencia formal y la ciencia fáctica.
Por ahí existe un problema, que dicen, redacto Einstein, del cual aseguró el mismo autor, el 98% de la población del mundo no podría resolverlo, y solo es un problema de lógica e inferencia.
Imagínense, si esto solo es un ejercicio. Cómo resolveremos los seres humanos los problemas de la realidad.
Preferimos la ignorancia a la rigurosidad del conocimiento. En los países tercermundistas la ignorancia es un gran negocio para las personas que han ostentado el poder históricamente. Pueden llevar masas de ignorantes a las urnas de votación a elegir al más cínico de los candidatos.
La palabra respeto se ha vendido como: No generar debate, no criticar, ni generar conflicto, tener un papel pasivo. Si contradices eres irrespetuoso, si no estás de acuerdo eres irrespetuoso, si exiges tus derechos eres irrespetuoso, si denuncias eres irrespetuoso.
Generalmente quien lo dice, es un padre irresponsable, un maestro mediocre, un cura abusador, un pastor aprovechado, un líder autoritario, que solo  buscan la forma de conservar su status.
Le tienen miedo a todo lo que cuestione. Los verdaderos científicos recomiendan estos casos el irrespeto total, condición para que la ciencia avance, de lo contrario todavía estaríamos en la oscura edad media.
Si de verdad fuéramos respetuosos con nuestra condición humana seriamos más críticos y autocríticos de nuestros comportamientos. El ser humano sabio, duda de si mismo.
Estudiando el prejuicio cognitivo encontré, que incluso nuestros sentidos a veces nos engañan, creemos ver cosas que no pasan, o pasan de manera distinta a como las percibimos. Realizamos juicios con información incompleta y a veces sin ella, al parecer es una condición innata en nosotros, que nos ha legado el proceso evolutivo, o sea que tener prejuicios es natural y por lo tanto no es reprochable que esto pase. Lo que realmente no podemos aceptar, es que no sometamos periódicamente nuestros conocimientos a la prueba y a la ciencia, así seriamos más objetivos y pondríamos los pies en la tierra. Es la duda y la imperfección las puertas del nuevo conocimiento científico.
La ignorancia debe ser combatida de manera beligerante, el debate de las ideas debe ser propiciado, no evitado. La tolerancia mal entendida es la alcahueta de la polarización, es solo observarnos, cada uno en su extremo, sintiéndonos  dueños de la verdad.
Sintiéndonos más que el otro, porque el que es tolerante se siente más que el que es tolerado, yo no quiero ser tolerado, quiero ser confrontado en un medio que garantice mi integridad física, mental y social.
No es haga lo que se le dé la gana, que aquí lo toleramos, sino haga lo que se le dé gana, pero justifique, argumente, defienda sus ideas y no se haga la víctima ni el desvalido.
Sea digno en la presentación de su vida, lo que a uno le gusta son los contradictores dignos que confrontan en buena lid.
Porque de lo contrario, podemos encontrar agazapados entre los “débiles” a algunos irresponsables, perezosos, abusadores, oportunistas que pueden pasar muy rápidamente de tolerados a intolerantes.
Grupos minoritarios raciales, religiosos, sexuales pedían mucha tolerancia y ahora ejercen una gran intolerancia, incluso entre ellos hay discriminación interna.
Los gay no aguantan a los transexuales, los protestantes a los testigos de Jehová, los negros a los latinos, etc.
Entonces el asunto no es solo generar una paz aparente sino una paz menos perfecta pero más exigente. Un conflicto con más altura, menos fanático, más humano.
Nuestras diferencias tal vez no la superemos nunca y ojala así sea, porque la homogeneidad total seria el infierno, lo que debemos establecer son unos máximos y unos mínimos respecto de nuestro comportamiento social y movernos dentro de ellos, para generar una vida menos caótica, pero enriquecida con la discusión y el debate permanente que privilegie la vida.
La verdad absoluta y única es un veneno que sirve de justificación a todas las violencias.
Los que están en el poder algunas veces usan las armas del estado para reprimir a sus contradictores.  Los ricos algunas veces usan su poder económico para formar ejércitos que repriman a todos los que se opongan a sus intereses. Los marginados apelan a las armas porque las ven como solución y entran en el círculo vicioso. Donde cada grupo justifica sus errores con los de los demás.
Cada uno trata de exterminar a los otros para imponerse y algunas veces lo hacen, pero el resentimiento y la idea de venganza permanecen, porque ningún conflicto terminado por la fuerza será duradero, todo será cuestión de tiempo para que vuelva a renacer.
Guerras eternas de hombres incapaces de usar su inteligencia para convivir, guerras argumentadas y guerras estúpidas, unas por riquezas, territorios, puntos estratégicos, las otras las de los calvos contra los mechudos, los del dios equis contra los del dios ye, blancos contra negros, hombres contra mujeres, hinchas de un equipo contra los del otro.
Vivimos una cultura de la competencia en la que no me conformo con ser, sino, que debo ser el mejor en algo, aunque sea el que más vomita.
En este contexto la tolerancia, de todos tienen la razón, es un pensamiento débil, que perpetua el estado de cosas que conocemos.
Dizque somos lo  más alto en el pináculo evolutivo. El único ser que planea el mal y se solaza con el, mata por diversión, miente compulsivamente, se agota en lo material y la forma, genera hábitos que lo matan poco a poco el depredador más temido.
Cava su propia  tumba y morirá en ella sin pena ni gloria, sino, es capaz de encontrar un equilibrio con la naturaleza, a la que no trata como su aliada, sino, soberbiamente como su enemiga. Este cromañón venido a mas que es el ser humano actual.
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Alguien burlándose de los profesores universitarios exponía el contraste de su brillantes en el laboratorio o en el aula y su torpeza en la pista de baile o en el juego recreativo, su poco habilidad social.
Incluso llegaba a señalar que algunos consideran el cuerpo solo como lo que necesita para transportar la cabeza.
¿Qué hacen los hombres y mujeres inteligentes por el mundo? no les faltaría más beligerancia. Un estudio habla de que en los estados unidos el 90% de los científicos son ateos o agnósticos en contraste con una masa religiosa.
¿Están en decadencia los seres humanos inteligentes? La sociedad los señala como nerd, el mercado usa sus descubrimientos como mercancía, los medios de comunicación se burlan de ellos, un computador sin contenido es solo un aparato para realizar estupideces, chatear, jugar, ver pornografía, porque a veces ni el procesador de palabra se usa lo suficiente y la lectura menos.
Cultura de resumen, wikipedía, monografías, el rincón del vago, youtube, un mar de conocimiento en el que solo podemos hundir el dedo hasta la primera falange. ¿Para qué facebook? Para preguntar ¿cuál de los siete enanos se parece más a mi?
Cultura de programa de concurso, globalización que solo nos sirve para detectar que la estupidez es un mal universal.
Desde luego que internet es mucho más que eso, pero me refiero es a lo que más se hace, porque lo profundo solo lo consultan unos pocos. El conocimiento está ahí, hace mucho tiempo, pero en algunas gentes no hay voluntad para tomarlo.
El aparato educativo poco motiva. Vaya a una biblioteca pública, encontraras lugar, mira sobre el hombro de los que están en los ordenadores y entenderás lo que trato de decir aquí.
¡Si sabes mucho deberías ser rico! Eso no es verdad, no me alcanzaría el espacio que tengo para enumerar los hombres y mujeres que han hecho aportes significativos  la cultura y han vivido de manera modesta y a veces en pobreza absoluta, escritores, artistas, filósofos, físicos, astrónomos, matemáticos, sociólogos, psicólogos.
Porque para ser rico no solo es necesario el conocimiento también se necesita el sentido de inequidad y algo de cinismo. En estos días leí en un periódico de noticias económicas, en que gastos suntuosos se habían gastado el dinero los diez hombres más ricos del mundo, carros joyas, arte, yates. Con lo que uno de ellos dio por un carro se hubieran salvado cientos o tal vez miles de personas que murieron de hambre en el mundo.
Por eso es que no hay muchos hombres y mujeres del conocimiento en eso.
Que acumular riquezas en pocas cabezas lo llamemos inteligencia, es el más pobre significado de esta palabra.
Inteligente es quien reparte, armoniza y equilibra y algunos ricos no me dejan mentir, hay un par que están hablando de donar la mitad de su riqueza ¿Donar? O ¿Devolver? Otros hacen grandes obras sociales, bibliotecas, hospitales, escuelas, no deberían sentirse tan orgullosos, solo tratan de calmar su culpa, por el mundo que han ayudado a construir.
Alguien dijo que si cogieramos toda la riqueza del mundo y la repartieramos de manera equitativa, en poco tiempo tendriamos una situación desigual parecida a la actual. El egoismo esta en nuestros genes.
Tienes que  tener cuidado de darle todo a tu sirviente, porque aquel es capaz de convertirte, en el sirviente de él.
El rico lo disfruta, el pobre lo desea, ambas cosa deben ser transformadas, ya lo decia Estanislao Zuleta, que los seres humanos deseamos mal, afortunadamente no siempre se nos da lo que queremos.
Criticamos a los demas sin persivir, que algunas veces,  nosotros alvergamos pensamientos más perfidos.
El otro es ostentoso, yo tengo estilo. El otro es violento, yo soy fuerte. El otro es mal intesionado, yo me equivoque sin querer. El otro ruin, yo soy precavido. El otro es estupido, yo tengo un punto de vista alternativo.
El viejo krisnamurti decia que la verdadera revolución, es la revolución de sí mismo.
Muchos motivadores han hecho de “busca en tu interior” un negocio. Pero ¿qué busco?  Si nada guarde. Para sacar hay que meter. ¿Qué guarde durante mi formación escolar, familiar, social?. Y si guarde ¿qué guarde, lo que me ennoblece? Y ¿quién me ayudo a ordenar lo que guarde?


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